El azul es el color de la tristeza. Eso ya se sabía y si todavía quedaba algún despistado que no lo había notado, Pixar se lo dejó claro en “Intensa-Mente”. Es el color del infinito y de lo que sólo se puede alcanzar con la mirada. El color de las cosas que se quedan sin aire, sin pneuma, sin alma, y también de las bolas que se quedaron con ganas. Azul como el gato de Roberto Carlos, como los ojos de Alexis Bledel y como los mensajes de Whatsapp que aún esperan respuesta.
Foto: Abril de Romero